Hipócrates en la actualidad
¿Qué significaría para el médico tener un instante de conversación con el padre de la medicina, Hipócrates? Para los que dedicamos nuestra vida a la medicina esto seguramente significaría un gran acontecimiento, la oportunidad de aprender de una de las mentes médicas más ilustres de la historia de la humanidad. Desgraciadamente esto es imposible, pero a través del tiempo algunos de sus textos han sobrevivido, entre estos sus “historias clínicas”, descripciones muy detalladas de distintos padecimientos y su presentación clínica, claro, basada en las creencias de la época.
Hipócrates en la actualidadAutor principal
Dr. Sergio Vadillo Serra Rojas. Anestesiólogo – Algólogo
Autor adjunto
Dr. Enrique Morgado Rodríguez. Cirujano Gastroenterólogo adscrito Hospital Ángeles Clínica Londres 2
En el presente trabajo se pretende analizar el caso de uno de los muchos pacientes de Hipócrates, encontrado en una recopilación de sus textos, escritos por su puño y letra. ¿Qué podrá descubrir y aportar la medicina actual en este caso?Palabras clave: Hipócrates, actualidad, teoría humoral, medicina
Hipócrates, médico griego y fundador de la primera y más célebre Escuela de Medicina, nació en la isla de Cos en el año 460 antes de Cristo, y murió en el año 380, hijo de Heráclito y de Fenavita de la familia de los Asclepiades quienes venían ejerciendo la medicinas por más de dieciocho generaciones.
Este ambiente ilustre no pude ser mejor para el desarrollo intelectual del joven Hipócrates, rodeado por el florecimiento de Grecia, de personajes ilustres como Sócrates, Fídeas, Aristófanes, Eurípides, etc. Poco a poco la bien merecida fama de Hipócrates se expandió, dado los buenos resultados de sus ideas revolucionarias para la época, como quemar la ropa y utensilios de pacientes afectados por la peste, medida que hasta nuestros días es empleada. 1, 2
Mientras Pitágoras y Heráclito se disputaban la soberanía del entendimiento, Hipócrates fundó la nueva y memorable Escuela de Cos dando origen a la filosofía de la medicina, con centenares de discípulos a esta nueva corriente médica.
Hipócrates afirma un principio vital por sobre todas las cosas, al que llama Naturaleza, la cual se manifiesta en las funciones de los distintos órganos, y es la responsable de la “lucha” contra la enfermedad. En la escuela Hipocrática se creía que este desequilibrio entre salud y enfermedad podía ser expresado con la teoría de los cuatro humores, sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema, y que su “mala mezcla” o desequilibrio eran la causa de los estados morbosos. 3Cada uno de estos humores representaba un órgano específico que vale la pena mencionar para un mejor entendimiento de las descripciones en los cuadros clínicos de sus pacientes, así que tenemos que la sangre era estrechamente relacionada con el corazón, la bilis amarilla con el hígado y vesícula biliar, la bilis negra con el bazo y la flema con el pulmón y cerebro.
Las obras principales de Hipócrates fueron sesenta tratados de los cuales algunos se consideran apócrifos, toda su obra puede englobarse en cuatro tópicos: Deberes profesionales del médico; Filosofía médica; Higiene y medicina propiamente dicha.
A continuación se encuentra plasmado de manera textual el cuadro clínico y evolución de uno de los pacientes del médico más ilustre de la historia, Hipócrates.
“Nicodemo, en Abderas, habiendo ejercitado con exceso las cosas lascivas, y bebiendo destempladamente, cayó en una fuerte calentura. A los principios estaba inquieto con cardialgia, tenía mucha sed, la lengua se puso seca, las orinas eran delgadas y negras. El día segundo creció la calentura con calosfríos y con ansias al estómago, no durmió nada, vomitó cóleras amarillas, las orinas eran como las antecedentes, la noche fue quieta y durmió algo. En el tercero estuvo aliviado de todo, hubo quietud, al ponerse el sol estuvo otra vez un poco inquieto y la noche fue trabajosa. El cuarto le vino frío con temblor de todo el cuerpo, calentura grande, todo estaba dolorido, las orinas eran delgadas y tenían nubecilla en medio del licor. En el sexto deliró mucho.En el séptimo lo paso con descanso. El octavo disminuyeron todos los males. En el décimo y los días siguientes duraban los dolores, aunque eran más ligeros. Así los crecimientos como los dolores siempre fueron mayores en este enfermo los días pares. El día veinte hizo la orina blanca y gruesa, pero dejándola sosegar no hacía poso, sudó mucho, pareció estar libre de calentura, pero por la tarde volvió a encenderse un poco, volvieron también los dolores, tuvo algo de calosfrío y juntamente le acompañaron sed molesta y un poco de delirio. En el veinticuatro hizo copiosa orina blanca y había en ella mucho poso, vínole sudor cálido y abundante por todo el cuerpo, quedó sin calentura y enteramente libre de la enfermedad.”
Para abordar este caso hay que comprender la terminología utilizada en la época y su correlación con los términos médicos actuales, iremos explicando los términos mientras avanzamos en el análisis del caso.Inicia posterior a la ingesta excesiva de alcohol y actividad sexual, con fiebre, cardialgia que significa malestar por taquicardia, “ansias” en el estómago, que se refieren a náuseas la cual se acompañó de vomito biliar y orina concentrada.
Este cuadro clínico nos va orientando a varios diagnósticos, en primer lugar encontramos un probable síndrome de respuesta inflamatoria sistémica, en el texto no encontramos parámetros objetivos para poder confirmar el síndrome con los criterios diagnósticos actuales (frecuencia cardiaca por arriba de 90 latidos por minuto, frecuencia respiratoria por arriba de 20 respiraciones por minuto, temperatura por arriba de 38°C o por debajo de 36°C, y leucocitosis de más de 12,000mm3, menos de 4,000mm, o más de 10% de bandas)4 pero si tenemos datos indirectos de estos parámetros, es un paciente taquicárdico, probablemente deshidratado por la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, taquipneico y febril.Otro dato importante de este cuadro es la actividad sexual del paciente, obviamente sin protección de ningún tipo, y con múltiples parejas previa al inicio de la sintomatología. Este dato en concreto nos podría orientar al origen del cuadro, una infección inicialmente de vías urinarias bajas, que ascendió a vejiga y probablemente propagación más alta, causando el florido cuadro general del paciente. 5
Al tener un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica sumado a un foco infeccioso el paciente presentaba una probable sepsis urinaria, y en este caso una probable sepsis severa por las alteraciones del estado mental de este paciente. 6 Entonces, en este paciente podemos afirmar con cierto grado de certeza que el diagnóstico fue de sepsis severa de origen urinario.
En este paciente el cuadro parece auto limitarse después de 24 días, cabe mencionar que en el texto no se menciona el manejo que en ese momento recibió por parte de Hipócrates, sus remedios aunque actualmente obsoletos, pudieron ser de gran utilidad en su época y tal vez contribuyeron al alivio del paciente, nunca lo sabremos con certeza en este caso. 7, 8, 9Conclusiones:
A pesar de los gigantescos pasos que día a día da la medicina en el mundo, y lo muy especializada que es hoy en día, jamás hubiera llegado a este punto sin la visión y la entrega de sus pilares ancestrales, los médicos que así como Hipócrates dedicaban su vida al entendimiento de la enfermedad y al alivio del sufrimiento humano. Como médicos nos resulta de vital importancia no solo ser expertos en las actualidades médicas, si no conocer cómo ha ido evolucionando y donde fue el punto de partida para llegar al punto donde nos encontramos hoy. Hipócrates hoy y siempre será una de las figuras de mención obligatoria para todo aquel que tenga el honor de dedicar su vida a la más humana de las ciencias, la Medicina.Referencias bibliográficas:
1. Zozaya Antonio, Aforismos y pronósticos de Hipócrates, Tercer Millar, Madrid 1904
2. García Barreno Pedro, El legado de Hipócrates, primera ed, España: Espasa; 2008
3. Nota Histórica, Hipócrates y juramento hipocrático, Rev otorrinolaringol cir cab-cue. 2002; 62: 87-88
4. Duarte Mote Jesús, Espinosa López Rogelio, Sánchez rojas Graciela, De Santiago Leaños Juan, Díaz Meza Salvador, Lee, Eng Victor Enrique. Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. Respuesta fisiopatológica. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2009;23(4):225-233
5. Calderón Jaimes Ernesto, Casanova Román Gerardo, Galindo Fraga Arturo, Gutiérrez escoto Pablo, Landa Juárez Sergio, Moreno Espinoza Sarbelio, Rodríguez Covarrubias Francisco, Simón Pereira Luis, Valdés Vázquez Rafael. Diagnóstico y tratamiento de las infecciones de vías urinarias. Un enfoque multidisciplinario para casos no complicados. Bol Med Hosp Infant Mex 2013;70(1):3-10
6. Martín Ramírez Jair F, Domínguez Borgua Andrés, Vázquez Flores Al D. Sepsis. Med Int Méx 2014; 30:159-175.
7. Arana, JI. Historias curiosas de la medicina. Escasa Calpe, Madrid. 1994
8. Schmidt, J. Diccionario de mitología griega y romana. Larousse Planeta, Barcelona. 1995
9. Flaceliere, R. La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles. Temas de Hoy, Barcelona. 1993
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